Proyecto tren bioceánico, el corredor que amenaza al fallido Mercosur. Presidentes de Bolivia y España, Evo Morales y Pedro Sánchez, firmaron acuerdo que permite a empresas españolas participar del proyecto ferroviario que cruza Sudamérica.
Proyecto tren bioceánico
Anunciar la construcción de un ferrocarril para desarrollar el continente devuelve una impresión que se remonta a dos siglos atrás. Sin embargo, la forma en que se ubican las aglomeraciones en el Cono Sur sigue marcada por el colonialismo que busca exportar recursos de ultramar. Hoy, es a través de la inversión y la experiencia que España participa en la explotación de la región.
El acuerdo firmado el 28 de agosto da luz verde a las empresas españolas interesadas en participar en el proyecto del tren bioceánico, que conectará el puerto peruano de Ilo, desde la costa del Pacífico, hasta el puerto brasileño en Santos, en la costa atlántica.
La longitud de la vía férrea de 3755 kilómetros costará alrededor de 12 mil millones de euros. La construcción comenzará en Bolivia, con una primera fase de 150 kilómetros. Esto implica una inversión de casi 188 millones de euros.
Según un informe de la Oficina Económica y Comercial de España en La Paz, las oportunidades de inversión para las empresas españolas se limitan a una gama de sectores. Estos son sectores que requieren inversiones para el desarrollo de recursos.
Y no es probable que sean nacionalizados por el gobierno boliviano, como infraestructura para hidrocarburos y minería, turismo y recreación, construcción y carreteras, comunicaciones, publicaciones, ferrocarriles, hospitales, agua, productos farmacéuticos, tecnología de la información y energía renovable.
Las autoridades españolas han excluido sectores que han sido objeto de intervención estatal en el pasado, como el sector financiero, la remodelación y la gestión aeroportuaria, la electricidad, el transporte y la distribución.