Movimiento F21 en Bolivia, la visión de la académica Jacquelyn Kovarik

Movimiento F21 en Bolivia, la visión de la académica Jacquelyn Kovarik. En el marco del 193 aniversario de la independencia de Bolivia, en Potosí se reunieron más de 25 grupos de oposición. Interrumpieron las celebraciones oficiales.

Movimiento F21

Llegaron bajo la bandera del «Movimiento F21 2016», llamado así ya que el 21 de febrero de 2016 votantes de todo el país rechazaron la propuesta del presidente Evo Morales de cambiar los límites de su mandato. La elección fue reñida pero aún así válida: ganó el NO por 51.3 a 48.7 por ciento.

A pesar del resultado, el tribunal constitucional boliviano anuló el referéndum y Evo anunció su oferta para un cuarto mandato en noviembre de 2017. Desde entonces, el movimiento F21 ha crecido.

Los manifestantes que inundaron la plaza de Potosí el lunes no representaron un frente político unificado. Desde grupos llamados «Otra izquierda es posible» y «Bolivia me prometió» a los sindicatos mineros de la sierra y los cultivadores de hoja de coca de las tierras bajas, denunciaron la posibilidad de la reelección de Evo como una serie de motivaciones ideológicas y políticas.

Dentro y fuera de Bolivia, Evo ha cosechado críticas tanto de la derecha como de la izquierda, lo que hace que la discusión de su legado y su agenda sea de una perspectiva complicada. Desde su flora y fauna hasta sus movimientos políticos y sociales, Bolivia es en muchos sentidos una tierra de extremos. El retroceso actual en contra de Evo Morales no es una excepción.

#F21

Una buena parte del movimiento F21 son actores neoliberales de derecha que han sido anti-Evo y anti-MAS desde que asumió el poder en 2006. Esto incluye a políticos y hombres de negocios del bloque burgués del oriente de Bolivia. Este se consolidó entre octubre de 2003 y junio de 2005 en un esfuerzo por contrarrestar las agendas indígenas de izquierda apoyadas por Evo durante las Guerras del Gas y el derrocamiento del ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada.

Estas personas estaban en contra de la nacionalización de los recursos naturales en Bolivia y sentían que la agenda de Evo amenazaba a sus departamentos ricos en hidrocarburos. Estas críticas también consisten en mestizos en las sierras que se sienten amenazados por la agenda indígena de Evo, como lo destacan los violentos levantamientos anti-indígenas en lugares como Cochabamba en 2007 y Sucre en 2008.

Críticas por izquierda

En el otro extremo del espectro político, otra clase de críticos de Evo son simpatizantes anteriores, disidentes desaparecidos que sienten que Evo no se ha mantenido fiel a su experimento socialista. De acuerdo con este discurso, que a menudo está mezclado con un tono de luto, Evo en realidad no es muy diferente de sus predecesores neoliberales, extractivistas y capitalistas.

Los críticos apuntan a la exploración masiva de minerales extranjeros, proyectos de represas en los estados de Beni y Pando, al norte de la Amazonia, que han sido aprobados por el gobierno a pesar de la continua protesta indígena, y la construcción de la carretera nacional en el Territorio Indígena Isiboro-Sécure, a pesar de la protesta indígena e internacional, como ejemplos de la hipocresía de Evo.

Para los críticos de la izquierda, la consagración internacional de Evo de los Derechos de la Madre Tierra, así como su retórica proindígena y descolonial que caracteriza todo, desde su nueva constitución plurinacional de 2009 hasta sus tweets, no son mucho más que gestos vacíos con fines políticos.

El apoyo de Evo está en su punto más bajo, como se informó en una serie de encuestas en el periódico Página Siete. Aproximadamente el 27% de los bolivianos dice que elegiría a Evo para un cuarto mandato.

Durante los últimos 12 años Bolivia ha experimentado un crecimiento increíble en varios sectores, como el crecimiento económico, las tasas de alfabetización, la mejora de la salud pública y las iniciativas de educación.

Quizá lo más importante es que el país de mayoría indígena se ha promulgado una serie de políticas de lengua y educación pro-indígenas sin precedentes, que han mejorado la vida de innumerables de estos pueblos. Aunque el apoyo de Evo ya no es la mayoría de la que disfrutó durante más de una década, su base sigue siendo tan leal como siempre. Y tiene la intención de contrarrestar cualquier medida para eliminar la oferta de Evo en 2019.

El lunes por la mañana, los manifestantes descubrieron que a las 7 de la mañana, todas las entradas a la plaza estaban bloqueadas por barricadas de la policía. Solo unos pocos elegidos tenían permitido entrar. No fue hasta la tarde, cuando terminó la ceremonia oficial y se disolvió la policía, que los manifestantes pudieron inundar la histórica plaza 10 de Noviembre de Potosí para denunciar a su presidente.

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