En una entrevista exclusiva a Santos Borré, el delantero colombiano tiene en su mente tres momentos especiales en su carrera con el Eintracht Frankfurt. Hoy hablaremos del primero que mencionó, por lo que significó y por lo espectacular de ese día.

El escenario fue el Deutsche Bank Park, casa del equipo, para la cita de los primeros noventa minutos. El momento anímico de las Águilas estaba en lo alto, pues recordemos que venían de eliminar al Real Betis en un partido agónico que se definió en los últimos minutos del segundo tiempo extra.

Pero el rival parecía estar todavía más motivado, luego de avanzar sin tregua durante la fase de grupos y con actuaciones aplastantes con su clásico juego del “tiki taka”.

Así es, el Barcelona de Xavi era el siguiente escalón de cara a la clasificación a las semifinales de la UEFA Europa League, siendo amplio favorito para ganar la serie.

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El parado defensivo del Eintracht sorprendió a la ofensiva Culé, lo que provocó un partido reñido en la media cancha, cediendo un poco el balón a los españoles que no conseguían entrar de forma clara al área rival.

Ya en el segundo tiempo, los cambios por parte de los dos entrenadores le dieron un dinamismo distinto al encuentro, y fue así que un golazo de fuera del área ponía delante a los locales. El estadio rompió en alarido, y las esperanzas aumentaron.

Santos Borré tuvo una actuación discreta en cuanto a goles, pero destacada por presencia de área y por jalar marcas. Sin duda que el parado y la táctica que plantearon fue la correcta, a pesar de haber sido empatados unos 20 minutos después.

El objetivo en casa estaba medio cumplido, y se venían los noventa minutos complementarios en el Cam Nou.

Arrancaba el partido y con sólo dos minutos y medio de juego, las complicaciones de los blaugranas comenzaban, luego de una falta en el área que se marcaba como penal. Bien cobrado por el zurdo Kostic, las Águilas sorprendían a todo el mundo.

El Barcelona comenzaba a presionar, pero el parado táctico que implementó el Frankfurt le impedía tener ocasiones claras de gol, además de una que otra atajada del portero. Fue en el minuto 36 cuando se vivió un momento que enmudeció a todos los aficionados culés.

Rafael Santos Borré, luego de una recuperación, tomó la pelota por izquierda y sacudiéndose la marca con un recorte a derecha, sacó un disparo que se incrustó cerca del ángulo superior izquierdo. Nada que hacer para Ter Stegen.

Un santo golazo que puso las cosas 2-0, y que será recordado por mucho tiempo. Así lo comentó el playera #19 con una clara emoción en el rostro:

“Siento que llegó en un momento justo y que para mí es muy especial. Va a ser muy difícil olvidar ese momento.”

La noche terminaría con una “humillación” al Barcelona, con el partido 3-2 a favor de los alemanes, que se instalaban en la semifinal del torneo, con la esperanza y la motivación en alto para seguir haciendo historia en la cancha.

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