Lula y Bolsonaro, lo que está en juego para Brasil. Más de 120 millones de personas en Btasil acudirán a las urnas para la segunda vuelta de las elecciones para elegir a su próximo presidente, entre Lula y Bolsonaro.
Lula Bolsonaro Brasil
Esta elección es la contienda más polarizadora de Brasil. En la primera vuelta electoral, Lula recibió más de 57 millones de votos. Eso corresponde al 48 por ciento de todos los votos válidos, lo que lo coloca en primer lugar, pero no lo suficiente como para evitar una segunda vuelta el 30 de octubre.
Por su parte, Bolsonaro tiene que superar una brecha de más de 6 millones de votos. Lula ha traído a los candidatos del tercer y cuarto lugar, Ciro Gomes y Simone Tebet, a su amplia alianza contra Bolsonaro.
Lula sigue siendo el favorito para ganar la segunda vuelta, pero su ventaja depende de la fuerza adicional de la coalición, y será necesario que la coalición negocie algunos ajustes en su agenda económica.
Los puntos más sensibles incluyen el compromiso con el equilibrio fiscal, punto repetidamente criticado por los economistas de Lula, junto con el mantenimiento de las reformas de la legislación laboral y la no reanudación de políticas económicas consideradas intervencionistas.
Cuando fue presidente, Lula combinó la política exterior y la economía, defendiendo la diplomacia como instrumento de desarrollo económico y la consiguiente preservación de la autonomía del país a través de una estrategia de diversificación.
Más precisamente, esto significa la adhesión a las normas y principios internacionales por medio de alianzas Sur-Sur y regionales y mediante acuerdos bilaterales con socios no tradicionales: China, Asia-Pacífico, África, Europa del Este, Medio Oriente y otros. El objetivo era reducir las asimetrías en las relaciones exteriores con los países poderosos.
Como resultado, Lula impulsó la cooperación Sur-Sur acercándose proactivamente a socios estratégicos en los países en desarrollo, para ganar más poder de negociación en las gestiones internacionales.