El desafío es recuperar el Amazonas, no sólo apagar el fuego. Las políticas públicas deben actuar para poner fin a la deforestación a gran escala en la Amazonía.

Amazonas fuego

Por Manuel Jaramillo,

Director General de Fundación Vida Silvestre Argentina

La catástrofe desatada por los incendios forestales en el Amazonas nos enfrenta a un daño imposible de medir, pero, lamentablemente, es una catástrofe que no sorprende si pensamos, por ejemplo, que el número de incendios forestales creció al menos un 70% este año en comparación con el mismo período en 2018 en la zona.

Combatir este incendio requiere más que recursos. El fuego y los incendios forestales son causados por acción del hombre, comenzando por la deforestación de los bosques. Las políticas públicas deben actuar para poner fin a la deforestación a gran escala en la Amazonía.

Muchas veces escuchamos que el Amazonas es el pulmón de nuestro planeta. Y es cierto. El Amazonas alberga cerca del 20% del agua del planeta, al 10% de la biodiversidad global, al 20% del oxígeno de la Tierra y es, entre muchas otras cosas, hábitat de más de 34 millones de habitantes.

Pero además, el Amazonas juega un rol clave en la regulación climática de Sudamérica, influyendo incluso en el régimen de precipitaciones de la región. Además de afectar gravemente a la biodiversidad de la zona, los incendios agudizarán la crisis climática a causa de las emisiones de carbono provenientes de la quema de materia orgánica y las áreas dañadas serán más vulnerables a sequías, inundaciones y a otros efectos del cambio climático, por la falta de cobertura vegetal.

El impacto inmediato de los incendios en la biodiversidad, es la muerte de miles de animales y plantas que habitan estos bosques, entre ellos especies emblemáticas y de gran importancia ecológica como el yaguareté, pero, además, las quemas ocasionan una pérdida de hábitat que amenaza la supervivencia de las especies.

¿Y qué podemos hacer?

El verdadero desafío es restaurar el Amazonas. No podemos permitir que lo quemado se transforme en áreas agrícolas o de ganadería intensiva. Para ello necesitamos el compromiso de todos: consumidores, retailers, empresas, gobiernos.

Necesitamos restaurar el Amazonas, pero también necesitamos políticas públicas que protejan a todos los bosques nativos de nuestro planeta.

Mientras la deforestación continúa, perdemos bosques, culturas, biodiversidad, servicios ambientales y oportunidades de un real desarrollo sustentable. Es hora de asumir los compromisos y salvar nuestros bosques. Sin bosques, no hay vida.

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