Cinemateca de La Paz, ciclo sobre músicos ciegos en la ciudad. Se inauguró exhibición acerca de las vidas de Bernabé Manriquez y Santiago Huanca. La ceguera no les impide ganarse la vida como músicos callejeros
Cinemateca de La Paz
La muestra titulada «Retratos en braille» incluye dos imágenes tridimensionales que retratan los rostros de los artistas, que permiten a los visitantes sentir su semblante, así como instalaciones audiovisuales y un cuaderno en Braille.
«Para entender esta exhibición, uno tiene que ir al lugar y sentir, tocar y escuchar para tener una idea del trabajo como un todo», dijo el artista boliviano Miguel Nina.
«En primer lugar, me gustaría agradecer a todos los que han contribuido con sus monedas, que nos ayudan a ganarnos la vida», dijo Manriquez, que toca el acordeón.
El hombre de 56 años describió cómo perdió progresivamente la vista después de un accidente, lo que no le impidió cultivar su pasión por la música.
«He estado tocando instrumentos musicales desde que tenía 15 años», agregó Manriquez. «Empecé a tocar la mandolina, luego la guitarra y el charango. Ahora toco el acordeón, lo que me hace muy feliz».
Victoria Suaznabar, la organizadora de la exhibición, dijo que el programa tiene como objetivo crear conciencia sobre las personas que se ganan la vida tocando música en la calle.
«Sabemos que vivimos en ciudades agitadas», dijo Suaznabar. «Pero es necesario que prestemos atención y escuchemos para abrir nuestros sentidos».
Santiago Huesca, que ha estado tocando la trompeta durante 45 años, se quedó ciego a la edad de nueve años, cuando se arrastraba por el piso buscando un borrador, encontrando un artefacto explosivo en su lugar, que explotó en su cara. Esto le causó lesiones en la mano y los ojos.
«Después del accidente, no tenía ganas de hacer nada», dijo Huanca. «Más tarde, sin embargo, encontré en la música, en la trompeta, gran libertad y felicidad que todavía guardo en este día, que exhibo todas las noches en la calle».
Agregó que la exposición significa mucho para él, ya que los visitantes podrán presenciar de primera mano que las personas ciegas «no son inútiles» y también pueden contribuir al arte y la música.