Bolivianos, cómo es comprar en una Argentina depreciada. La inflación galopante en Argentina convierte comprar en el país vecino en un regalo para los bolivianos, que ya tienen un tour de compras.

Bolivianos comprar en Argentina

En Argentina, el paso fronterizo con Bolivia sigue cerrado al tráfico privado. Esto hace que, a pocos metros de la vista de los gendarmes, el paso de lanchas y botes de goma conviertan el lugar en una zona liberada donde todo puede pasar.

Nadie pregunta nada, nadie comprueba nada, no se comprueba la identidad, ni hay el menor control por parte del Estado. Esa zona de nuestro país parece ser tierra de nadie.

Durante años, a los argentinos les convenía cruzar de Aguas Blancas (Argentina) a Bermejo (Bolivia). En ese viaje se podía hacer una diferencia importante, pero ahora todo cambió y son los bolivianos los que cruzan para comprar hasta los alimentos más básicos en cantidades ingentes.

“La comida es más barata en Argentina. La leche, los congelados y la carne son la mitad, o menos de la mitad, de lo que se obtiene en Bermejo mientras que en Bolivia la ropa es más barata”, dice un hombre que empuja una carreta y espera una barcaza, la barca de madera construida a mano.

Esos barcos no pasarían ningún estándar de seguridad y no existen salvavidas.

Inflación

Por otro lado, el barco regresa a Argentina con cientos de compatriotas que llevan cada uno dos neumáticos apoyados en sus hombros. Es una postal argentina: aquí faltan gomas y son caras y en Bolivia, a pesar de la inflación, la mitad si las compras en nuestro país.

Esos neumáticos son de marcas chinas que son imposibles de determinar. ¿La calidad? “La veremos en el camino”, dice un argentino que está loco por haber pagado por las cuatro ruedas lo que habría pagado por una en Argentina.

Desde noviembre de 2011, el peso boliviano mantiene una relación con el dólar: 1 dólar equivale a 6,96 bolivianos.

En el mismo período, en tanto, el peso argentino se devaluó de $4,10 por dólar a $270 aproximadamente si se toma la cotización blue. Por eso, la Argentina es un regalo.

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