Bolivia, río Madre de Dios contamina Pando. Contaminación, enfermedades y deforestación son consecuencias de la minería en las comunidades indígenas del río Madre de Dios en Pando, una mancha para Bolivia.

Bolivia Madre de Dios Pando

La contaminación de las aguas de lagunas y quebradas y las enfermedades que trae a las poblaciones de las comunidades indígenas en Pando, Bolivia, son algunos de los efectos de la contaminación minera, por la extracción de oro en el río Madre de Dios, ya sea legal o ilegal.

“Muchas personas viven de los ríos. En estos meses de enero y febrero las aguas inundan la tierra y, cuando bajan, los peces entran en las lagunas y arroyos; la gente pesca estos pescados, contaminados por la polución que provocan enfermedades, especialmente en los niños: diarrea, vómitos, fiebre, infecciones intestinales. Cuando consultamos a un médico primero hace un diagnóstico y nos pregunta qué comimos y le decimos. Luego nos examina detenidamente y nos dice que probablemente sea por lo que hemos comido”, escribió el secretario de Educación del TIM II, en Pando, Juan Queteguary.

TIM II está ubicado en la Amazonía norte de Bolivia, entre los departamentos de Beni y Pando. Se extiende sobre las 408.592 hectáreas asignadas a los pueblos Tacana, Cavineño y Ese Elija, organizados en 36 comunidades. En los últimos años, el territorio indígena se ha visto amenazado por el establecimiento de proyectos extractivos, mineros e hidrocarburíferos, y por proyectos de desarrollo e infraestructura.

Impactos

“Podemos decir que los impactos son muchos: contaminación ambiental, modificación de las riberas inundadas, infección de animales y peces, extracción de madera en las riberas inundadas por las aguas del Madre de Dios”, dijo Queteguary al Observatorio de Pueblos Indígenas.

En cuanto a la contaminación del aire, la autoridad del TIM II explicó que es más importante en tiempos de sequía: las comunidades son invadidas por el humo y los malos olores provenientes del combustible, el petróleo y el mercurio que los dragados de la mina envían a la superficie y al propio río “ ese es el problema que tenemos con el aire que respiramos”, señaló la autoridad.

Por su parte, la presidenta del TIM II, Mireya Ino, indicó que además de afectar la salud y el medio ambiente, las empresas mineras “nunca” han consultado sobre el desarrollo de la actividad extractiva dentro del territorio, mientras que la Constitución Política del Estado garantiza les otorga el derecho a la consulta previa, gratuita y documentada, respecto de cualquier actividad que pretenda desarrollarse en sus territorios y que sea susceptible de afectarlos.

Estado ausente

“Nunca, ni una invitación, ni una reunión: no nos toman en cuenta. Hacen su trabajo ignorando y esto no es reciente, llevan mucho tiempo operando en el río Madre de Dios”, dijo.

Según la Corporación Minera de Bolivia (COMIBOL), el río Madre de Dios es considerado el distrito aurífero más extenso de Bolivia. La actividad minera que se desarrolla sobre sus aguas y afluentes es considerada artesanal y de pequeña escala, dado el uso de tecnología primitiva y de pequeña escala que provoca daños considerables al medio ambiente y atenta contra los derechos fundamentales de los pueblos indígenas que habitan en esta zona.

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