Bolivia ocupa el puesto 112 en el ranking de percepción de la corrupción, de 180 países, y está entre los de menor transparencia. Entre los países sudamericanos, Uruguay se destaca en la mejor calificación, ocupando el puesto 23 en el ranking mundial, según el índice de Transparencia Internacional (TI) citado por Fundación Jubileo.
A partir del año 2012, desde cuando son comparables los datos del índice, Bolivia ha ido reduciendo su puntaje, lo que significa el incremento de la percepción de corrupción. No obstante, el 2017 mejoró un peldaño respecto al año anterior.
La escala empleada por TI es de 0 a 100, donde cero equivale a muy corrupto y 100 a muy transparente. El índice para Bolivia se mantuvo en 33 durante las dos últimas gestiones.
Los datos para el cálculo y posición de Bolivia de la gestión 2017 se sustentan en seis fuentes de información.
En la calificación de percepción de transparencia, el promedio de Sudamérica es de 39,8 sobre 100. Bolivia está por debajo, lo que significa una situación desfavorable en la percepción de la corrupción. En peor situación están Ecuador, Paraguay y Venezuela.
El promedio mundial dice que Bolivia se encuentra por debajo de la puntuación media de 43. En 2017, más de dos tercios de los países en el mundo obtuvieron una puntuación inferior a 50.
Qué pasa en Sudamérica
Comparando los datos a nivel sudamericano, Uruguay es el país mejor posicionado con un puntaje de 70 en el IPC y ocupa la posición 23; en contrapartida Venezuela es el peor calificado, con un puntaje de 18 y en la posición 169.
TI observa demasiada lentitud en el análisis general, Transparencia Internacional advierte una preocupación por una mayor fragilidad en las garantías para la prensa y las organizaciones no gubernamentales (ONG).
A pesar de los esfuerzos por combatir la corrupción, la mayoría de los países están avanzando con demasiada lentitud. TI menciona que en la región se dieron pasos contra la corrupción en varios países, pero todavía no existen políticas generales para abordar las causas históricas y estructurales de estas malas prácticas.
Los países que han priorizado la lucha contra la corrupción y crean políticas nacionales a través del consenso y la participación pública y política están mejor posicionados para dar un importante salto cualitativo, sostiene el informe. Por el contrario, aquellos países que no priorizan los problemas de corrupción de esta manera pueden perder terreno año tras año.
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