Bolivia no es Venezuela. Incluso si su presidente quiere mantenerse en el poder para siempre. Venezuela volvió a ser blanco de la reciente Cumbre de las Américas en Perú. Lo que comenzó teniendo ribetes de gobierno autoritario ha consolidado una torpe, ridícula y genocida forma de dominio institucional.
Varios han criticado la exclusión de Venezuela del mayor foro del continente. El principal ha sido Evo, cercano aliado del difunto populista Hugo Chávez. También Morales ha defendido al régimen venezolano de sus críticos extranjeros.
Venezuela y Bolivia están tan vinculados políticamente que algunos observadores democráticos están preocupados. ¿Morales aspira una Bolivia con el mismo destino que la dictadura de Venezuela?
Bolivia Venezuela, el eje
En 2016 los bolivianos rechazaron un referéndum sobre si los presidentes en ejercicio deberían poder postularse para la reelección. Morales, luego en su tercer mandato debido a un tecnicismo relacionado con la nueva Constitución de 2009 de Bolivia, prometió respetar la «voluntad del pueblo». No hay un cuarto mandato, dijo.
Eso fue entonces. Distinto a lo que ocurrió después. Morales decidió postularse para una insistente reelección, el próximo año. Sucedió luego de una decisión de la Suprema Corte de diciembre de 2017. Esta abolió los límites de los períodos para los funcionarios en ejercicio.
Cientistas sociales que se especializan en América Latina no pueden obviar la tentación de comparar a Bolivia con Venezuela. Ambos países han adoptado líderes políticos que manejan sus naciones a fuerza de personalidad.
Chávez gobernó Venezuela de 1999 a 2013. Consolidó su poder al abolir los límites de mandato, atacar la independencia judicial y reducir la libertad de prensa. Murió poco después de su tercer mandato.
El sucesor elegido a dedo de Chávez, Nicolás Maduro, amplió el totalitarismo. Encarceló a disidentes y castró al Parlamento. Bolivia y Venezuela son también francos críticos de Estados Unidos y miembros fundadores de la Alianza Bolivariana. Esta agrupación de izquierda de América Latina y el Caribe fue iniciada por Chávez y Fidel Castro en 2004.
Después de que la Casa Blanca aprobó sanciones contra Venezuela, en noviembre de 2017, Morales se irritó. «América Latina ya no es una colonia yanqui», exclamó.
Bolivia y Morales, un enigma
Sin embargo, hay marcadas diferencias políticas y sociales entre Bolivia y Venezuela. Deberían evitar que Morales siga los pasos de Chávez. Los recursos de Bolivia palidecen en comparación con los de Venezuela. El gas de petróleo es la principal exportación de Bolivia, pero Venezuela tiene las mayores reservas mundiales de crudo.
Morales ha manejado bien la economía de Bolivia. El producto interno bruto se ha triplicado durante sus 12 años en el cargo. Pero la economía de Bolivia todavía es un quinto del tamaño de Venezuela. El país se encuentra entre las naciones más pobres de América del Sur.
Morales es el presidente de una pequeña nación andina sin litoral. Simplemente no puede manejar la riqueza de su país, al estilo de Chávez, para ganar amigos y enemistarse con los enemigos.
La floreciente economía boliviana ha dado poder a Morales. Le ha permitido financiar una variedad de programas sociales populares. Incluyen pagos en efectivo a familias pobres, aumento de salario mínimo, pensiones para personas con discapacidades y grandes proyectos de infraestructura.
Vivir en la Bolivia de Morales
La calidad de vida ha aumentado desde que Morales fue elegido por primera vez en 2005. Entre 2005 y 2016, la población que vive en la pobreza disminuyó del 61 por ciento a menos del 40. Tales éxitos han silenciado a los críticos locales de Morales. Pero también está restringido a nivel nacional, mantenido bajo control por los mismos movimientos sociales que lo sostienen en el poder.
La carrera política de Morales comenzó cuando fue elegido para encabezar la mayor federación de productores de coca de Bolivia en 1988. Es un puesto que todavía conserva.