Bolivia blindada frente a la posibilidad de shock internacional y crisis en Argentina. La administración de Evo Morales ha desplegado escudos para enfrentar amenazas de una posible crisis internacional, como la de Argentina. Ha recurrido a una serie de políticas expansivas y anticíclicas en aplicación de su modelo para sostener el crecimiento económico, controlar la inflación y principalmente fortalecer la estabilidad.
Bolivia y la crisis financiera en Argentina
El ministro de Economía Mario Guillén aseguró que la crisis financiera en Argentina no supone un factor de riesgo para Bolivia. Se basa en que los modelos económicos de ambos países tienen parámetros muy distintos.
«Además venimos ejecutado una serie de medidas anticíclicas para evitar afectaciones como la crisis en Argentina. Nosotros estamos tranquilos. Nuestro modelo económico está estable y es reconocido en el exterior», expresó.
Para Guillén, el modelo económico argentino priorizó el mercado externo, se abrió a la inversión extranjera, y al no generar lo suficiente, devaluó su moneda. Esto es lo que ocasionó un desequilibrio en sus valores de pago.
Argentina, después de Brasil, es uno de los dos principales mercados de exportación de Bolivia, principalmente de gas natural. En medio de la tensión por la cotización del dólar el presidente de Argentina, Mauricio Macri, anunció que acudirá al Fondo Monetario Internacional.
Bolivia blindada
Por su parte, el economista y expresidente del Banco Central de Bolivia (BCB), Marcelo Zabalaga, aseguró que en la última década el gobierno supo aplicar políticas micro y macroeconómicas. El objetivo fue dinamizar la economía interna, sin depender necesariamente de la externa. Esto permite un cierto blindaje ante amenazas internacionales.
El experto dijo que el modelo económico boliviano se encuentra sostenido sobre la nacionalización, siendo el Estado dueño de los recursos naturales. Y es quien los administra.
Asimismo, dijo que el segundo patrimonio de la economía es que estos recursos naturales se convierten en ingresos, los cuales se redistribuyen en la sociedad. No hay fuga de divisas como sucedía anteriormente cuando las transnacionales eran dueñas de los recursos naturales y empresas estratégicas bolivianas.
Otro blindaje, continuó, es que los recursos económicos bolivianos son reinvertidos en el mismo país. «La plata que tenemos se reinvierte en el mercado interno, por lo tanto, se expande en empresas, industrias», agregó.
Un cuarto blindaje es que Bolivia no depende económicamente del Banco Mundial (BM), del Fondo Monetario Internacional (FMI) y de las empresas transaccionales.
Para Zabalaga una de las principales medidas es la creciente inversión pública, que ascendió de 2.000 millones de dólares a 8.000 millones de dólares en 2018. Estos recursos permiten dinamizar diversos aspectos de la economía, como la construcción, la agricultura, la manufactura, el comercio y los servicios. «El Estado asumió el motor de la economía», aseveró.
En Bolivia, en política cambiaria, se mantuvo la estabilidad del tipo de cambio nominal, lo que contribuyó a implementar la política monetaria expansiva, fijar las expectativas del público sobre el valor del dólar, mantener baja la inflación importada e impulsar el proceso de bolivianización respecto del dólar.