Bolivia, agotadas reservas de divisas con más crisis. Crisis en Bolivia y la rebaja internacional de los bonos del gobierno se explica por agotamiento de las reservas de divisas en combinación con falta de consolidación fiscal, políticas macroeconómicas heterodoxas y la ausencia de perspectivas concretas.
Bolivia reservas crisis
La principal explicación de la última rebaja a Bolivia es el rápido agotamiento de las reservas de divisas, junto con falta de consolidación fiscal, la preferencia por políticas macroeconómicas heterodoxas y la ausencia de perspectivas concretas de apoyo a gran escala.
La liquidez está en una situación desesperada con reservas de divisas en enero de 2023 que ascienden a solo una cuarta parte de su nivel de noviembre de 2021, cuando se rebajó la calificación del país por última vez.
Además, es probable que las reservas de divisas estén mucho más bajas hoy, ya que el banco central de Bolivia dejó de publicar datos. Las bajísimas reservas de divisas, en combinación con la paridad cambiaria, hacen que el país sea vulnerable a una crisis monetaria y de confianza, como lo ilustra la mini corrida del boliviano en marzo.
Como consecuencia, el sector bancario se encuentra bajo una gran presión, con una falta de USD debido a la posición ilíquida del banco central y la práctica de prestar al banco central con swaps de divisas.
Dado que el gobierno parece no estar dispuesto a aflojar la paridad, el riesgo de políticas poco ortodoxas, impago y no transferencia es elevado a medio plazo.
Economía
La economía de Bolivia ha pasado página después de un impresionante auge de las materias primas. Durante el gobierno de Morales, el país experimentó un auge de las materias primas con altos precios de minerales (Bolivia exporta oro, plata, zinc y estaño) e hidrocarburos (Bolivia exporta principalmente gas, pero solo a sus vecinos).
Durante estos años, el país se benefició de un sólido crecimiento económico y superávits en cuenta corriente, y acumuló un enorme colchón de reservas de divisas. Sin embargo, desde 2015, los indicadores macroeconómicos se han ido deteriorando constantemente debido a los precios y la producción más bajos del gas, causados por una gran falta de inversión
Las políticas intervencionistas del gobierno, como los controles de precios y exportaciones y una paridad sobrevaluada, ejercen una presión adicional sobre la economía y las exportaciones del país.
En consecuencia, el crecimiento del PIB real se redujo a más de la mitad de un promedio del 5 % entre 2005 y 2016 a alrededor del 2,2 % entre 2016 y 2022. Además, el país registró déficits en cuenta corriente de un promedio de -4 % del PIB desde 2015.
Déficits
Los déficits han llevado a la acumulación de deuda externa y la disminución de las reservas de divisas, ya que la inversión extranjera directa (IED) ha sido solo una pequeña fuente de financiación. Las entradas de IED están deprimidas desde que Bolivia emprendió una ola de nacionalizaciones en 1999 y debido a las continuas políticas intervencionistas.
Como resultado, las reservas de divisas, excluyendo el oro, se ubican en solo una décima parte de su pico en 2014 (ver el gráfico anterior) y en solo un par de semanas de importaciones en enero de 2023. El banco central también tiene oro, pero el gobierno está reacios a vender estas reservas de oro por valor de unos 2.700 millones de dólares.
Deuda externa
La deuda externa, por otro lado, aumentó a casi el 40% del PIB a fines de 2022, frente a casi el 27% del PIB a fines de 2014. Aunque los índices de deuda se encuentran en teoría en niveles manejables, se encuentran en sus niveles más altos desde 2005, cuando el país se benefició del alivio de la deuda en el marco de la Iniciativa para los Países Pobres Altamente Endeudados (HIPC) y la Iniciativa para el Alivio de la Deuda Multilateral (MDRI).
Por el lado positivo, la deuda es principalmente deuda a largo plazo de organismos multilaterales (alrededor de dos tercios de la deuda externa) y deuda bilateral (alrededor de una décima parte de la deuda externa total). Los eurobonos representan casi una quinta parte de la deuda externa bruta.